Igual que ocurre con el Omega 3, escuchamos hablar en todas partes de los antioxidantes y lo importantes que son para evitar el envejecimiento prematuro y los problemas de salud. Sin embargo en muchos casos la información sobre qué son y para qué sirven los antioxidantes es bastante ambigua, confusa o casi escrita para especialistas.
Está bien, aceptemos como verdad científica que con la edad nos oxidamos (como si fuéramos metales 🙁 ), pero, ¿qué significa eso realmente? ¿podemos hacer algo al respecto?
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¿Qué significa la oxidación en los seres humanos?
Entender esto de forma sencilla, o mejor dicho, intentar explicarlo, no es fácil. Todo esto de la oxidación celular y el estrés oxidativo está lleno de términos complejos y especializados, pero voy a intentarlo porque creo que entenderlo es importante. Al final, se trata de nuestro cuerpo y aunque todo parezca muy complejo, no lo es tanto y hay mucho que podemos hacer al respecto.
Lo primero es entender que la oxidación es un proceso normal que se produce en nuestro organismo siempre y se debe al oxígeno. Respiramos oxígeno que, a través de la sangre, llega a todas y cada una de nuestras células, dándoles la energía que necesitan para vivir. Hasta allí, bien. Pero el mismo proceso que genera esa energía vital, también produce oxidación, que no es otra cosa que desgaste. Una parte de ese mismo oxígeno que nos da vida, también nos oxida y produce radicales libres.
Radicales libres y envejecimiento
Los radicales libres son moléculas que han perdido un electrón y se desestabilizan, por eso van a la “caza” del electrón que les falta, dejando “cojas” a otras moléculas, que a su vez repiten el ciclo. Pero los radicales libres no son malos en sí mismos, y de hecho en cierto número son beneficiosos para el organismo.
El problema surge cuando hay un desequilibrio entre los radicales libres y la respuesta de los antioxidantes que hay en nuestras células, y esto es lo que se conoce como estrés oxidativo. Como ves, el estrés en exceso nunca es bueno, ni para nuestra mente, ni para nuestro cuerpo, ni para nuestras células.
El estrés oxidativo causa envejecimiento prematuro a nivel celular y eso se nota en todo el cuerpo, después de todo estamos formados por células. La piel pierde tersura y flexibilidad, aparecen arrugas, manchas y ojeras.
A nivel interno la oxidación hace que suba la tensión arterial, produce insuficiencia del corazón, disminución de la resistencia al esfuerzo, debilidad muscular, alteraciones de la memoria y dolores e inflamaciones en las articulaciones, entre otros síntomas.
La producción descontrolada de radicales libres en el organismo, se produce por varios factores, entre ellos la contaminación ambiental (junto con el oxígeno respiramos partículas nocivas), el exceso de tabaco y alcohol, una dieta desequilibrada, el uso de productos químicos, la exposición al sol sin la adecuada protección y hasta el ejercicio físico demasiado intenso. Y ahí es precisamente donde nosotros podemos actuar.
¿Qué son los antioxidantes y para qué sirven?
Los antioxidante son vitaminas, minerales y enzimas sintetizadas en nuestro organismo que disminuyen el efecto perjudicial de los radicales libres. A mayor potencial antioxidante, menor es el daño causado por el estrés oxidativo y por tanto menores problemas de salud.
Para entenderlo de manera sencilla, los antioxidantes son los escudos protectores de nuestras células, que neutralizan a los radicales libres excesivos y compensan la balanza para que todo en nuestro interior funcione adecuadamente.
El envejecimiento no es más que la acumulación de células dañadas incapaces de auto repararse, y por eso es tan importante tomar consciencia y ayudar a nuestro organismo a mantener el equilibrio.
¿Podemos conseguir antioxidantes naturales en alimentos?
Aunque hasta ahora todo haya sonado muy a química celular, y por tanto fuera de nuestro alcance, la verdad es que no es así. Sí que podemos ayudar a nuestro cuerpo a mantener un nivel adecuado de antioxidantes, fijándonos en lo que comemos. La química hará el resto.
Hay un gran número de antioxidantes naturales en los alimentos, así que lo más importante es mantener una dieta equilibrada. Volvemos a lo que ya hemos dicho en otras ocasiones, somos lo que comemos, porque lo que comemos es lo que alimenta o daña nuestras células y por tanto nuestro cuerpo.
Las vitaminas C y E son dos de los antioxidantes más potentes que existen, junto con minerales como el selenio, el cobre, el zinc y el manganeso. Por eso una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales y pescado es básica para mantener buenos niveles de antioxidantes.
Para entendernos, tenemos que asegurarnos de incluir en nuestra dieta diaria productos frescos (cuanto más mejor), en especial frutas como naranja, kiwi, açai, arándanos, fresas, toronja y limón; verduras y hortalizas como tomate, brócoli, zanahoria, ajos y espinacas; canela, orégano, frutos secos, legumbres, cereales integrales, pescado azul y aceite de oliva.
Otros alimentos y bebidas como el chocolate negro (sin leche ni azúcar añadidos), el té verde, el café (en grano) o el vino tinto también son fuente de antioxidantes, aunque en estos casos es bueno recordar que su consumo en exceso puede hacer más mal que bien.
Eliminar el tabaco, hacer ejercicio moderado de forma regular y procurar hacer visitas a la naturaleza para respirar aire puro siempre que podamos, son otras formas de ayudar a nuestro cuerpo a prevenir la producción descontrolada de radicales libres y por tanto el envejecimiento prematuro.
Por supuesto, siempre puedes echarle una mano a tu alimentación y recurrir a suplementos vitamínicos con altas dosis de antioxidantes que colaborarán en el mantenimiento de tu salud y retrasarán el envejecimiento 😉
>> Mira aquí algunos suplementos alimenticios y vitaminas que te ayudarán a combatir la oxidación
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