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¿Cómo elegir el calzado adecuado para cuidar tu salud y no sólo tus pies?

Salud y Bienestar

calzado adecuado como elegirlo

Comprar zapatos… una actividad de la que muchos disfrutamos, especialmente las mujeres. Incluso hay quienes dicen que el cerebro de la mujer tiene una zona de placer que sólo se activa con la compra de zapatos… quién sabe 😉

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A lo largo de mi vida he escuchado muchas bromas a cerca de las mujeres y su innegable amor por comprar zapatos. Incluso hay quienes afirman que ir de compras y volver con unos cuantos hermosos modelos, es una de las técnicas más efectivas para combatir la tristeza o el estrés y levantar el ánimo. No sé si siempre funciona, pero puedo decir que alguna vez la he usado y sí que me ayudó a sentirme mucho mejor!

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Zapatos, más que un accesorio bonito

Pero, más allá de lo placentero que pueda resultar ir de compras (los hombres, aunque no siempre quieran admitirlo, también disfrutan comprándose uno que otro par de zapatos), hay que reconocer que por lo general elegimos los modelos en base a la moda del momento o a lo que nos parece más bonito.

Pero que sean bonitos no siempre significa que sean el calzado más adecuado para nuestros pies (generalmente es al revés).

Aunque no seamos conscientes de ello, nuestros pies trabajan incansablemente para nosotros, son ellos los que tienen que soportar nuestro peso corporal la mayor parte del tiempo y son los encargados de que podamos mantenernos en equilibrio en superficies irregulares, nos impulsan al caminar y son parte fundamental en nuestros desplazamientos cotidianos.

Sin embargo, a menudo olvidamos lo importante que son para nuestra salud y los “torturamos” despiadadamente, obligándolos a soportar zapatos poco adecuados a su forma natural y a sus necesidades, todo con tal de ir a la moda.

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¿Cómo afecta el calzado a la salud de los pies y del resto del cuerpo?

En un principio nuestra especie evolucionó para caminar descalza sobre superficies naturales (tierra, hierba, arena, barro). No obstante nuestra sociabilización y civilización están cambiando no sólo nuestras costumbres, sino también nuestra constitución física. Nos pusimos zapatos y creamos superficies excesivamente duras sobre las que tenemos que caminar, por lo que usar un calzado cómodo, que se adecue a estos cambios, es la única forma de evitar problemas no sólo de pies, sino musculares y de huesos.

De forma normal, el peso del cuerpo debería distribuirse entre la parte delantera del pie y el talón, siendo este último el que tendría que soportar algo más de la mitad del peso, cuando estamos de pie. Los zapatos de tacón alto, por ejemplo, tienen un mínimo de superficie de apoyo en el talón (algunas veces sólo un centímetro cuadrado) por lo que cambian la distribución natural del peso, trasladándolo a la parte delantera del pie y sobrecargando los dedos. Cuanto más altos, peor.

Pero eso no es lo único. Si el zapato además de tener tacón alto es en punta, hace que los dedos choquen entre sí con cada pisada y que además estén presionados contra la parte delantera del zapato, lo que a la larga causa deformación. Aparecen los llamados dedos en garra, juanetes, callosidades e inflamación de los tejidos blandos. La presión en el dedo gordo dificulta la postura correcta al caminar, sobrecargando los huesos del pie y afectando a las articulaciones.

Algunos dolores de espalda, lumbalgias y dolores de rodilla tienen su origen en los pies, ya que si éstos no disponen de un apoyo correcto y bien balanceado, el resto del sistema óseo y muscular se ve afectado. Usar los zapatos adecuados garantiza la estabilidad de rodillas, cadera y columna.

No utilizar el calzado correcto también puede originar o agravar problemas de circulación, ocasionando hinchazón de pies y piernas, edemas y varices.

Pero no sólo el tacón alto es perjudicial. Los zapatos totalmente planos y con suela muy fina tampoco son buenos para la salud ya que no protegen los pies de las imperfecciones del terreno, ni absorben el impacto de las pisadas, lo que causa dolor en plantas y talones. Además pueden ser la causa de calambres, dolores musculares y contracturas.

¿Cómo elegir el calzado adecuado?

Hay varios criterios a tener en cuenta para elegir el calzado adecuado y uno de ellos es el uso que le vayamos a dar. En general hay que preferir zapatos cómodos para caminar por largas horas y en distintas superficies. Si nos sentimos bien con un zapato después de usarlo por mucho tiempo, entonces sin duda es el correcto.

El zapato adecuado debe cumplir algunos requisitos básicos. Debe encajar cómodamente en el pie y proporcionarle apoyo y sujeción. Es importante recordar que aunque pensemos que son iguales, los pies son diferentes entre sí, así que a la hora de elegir y comprar zapatos hay que asegurarnos de que los dos estén cómodos.

Algunos consejos útiles a la hora de comprar zapatos:

1. Ve a comprar al final del día o por lo menos después de haber estado caminando un tiempo largo. Si te pruebas los zapatos por la mañana, tus pies estarán descansados y deshinchados y corres el riesgo de comprarlos demasiado justos.

2. Ponte los dos zapatos (siempre), ponte de pie y asegúrate de que haya por lo menos un centímetro entre el final del tu dedo gordo y el extremo del zapato. Eso evitará presiones innecesarias y dañinas sobre el dedo y las uñas.

3. Camina un poco usando los dos zapatos, para asegurarte de que son cómodos, suficientemente flexibles y que amortiguan bien la pisada. Si la tienda tiene alfombras (algo no recomendable) intenta encontrar alguna superficie dura para probar bien los zapatos. Asegúrate de que los zapatos se ajusten bien a tus pies desde el primer momento y que los dedos tengan suficiente espacio para estar cómodos.

4. Si uno de tus pies es más ancho o más grande que el otro (lo que es muy común), elige la talla que se adecue mejor a ese pie y no al más pequeño.

5. Pruébate los zapatos que quieres comprar usando el mismo tipo de calcetines con que los usarás normalmente. Unos más gruesos o más delgados, cambiarán totalmente tu percepción del zapato.

6. Pon especial atención en el interior del zapato, para asegurarte de que no hayan etiquetas, costuras o cualquier otro elemento que pueda causar rozamiento, irritación o ampollas.

7. Gira los zapatos y examina bien sus suelas. Lo ideal es que sean lo suficientemente gruesas para proteger tus pies de las irregularidades del terreno y posibles objetos punzantes. Algunas personas son propensas a sufrir dolor en la planta de los pies si las suelas de sus zapatos no les proporcionan un mínimo de protección. Si es tu caso, pon especial atención en ello.

8. Si eres de esas mujeres que no quieren renunciar a los zapatos de tacón, los más recomendables son los que no exceden los 4 centímetros de altura y si son en formato cuña mejor todavía. Las sandalias son mejores si tienen sujeción en el talón porque dan mayor estabilidad al pie. Los tacones muy altos son bonitos y si “no puedes” renunciar a ellos, úsalos sólo de vez en cuando y especialmente cuando no tengas que caminar mucho ni estar mucho tiempo de pie. Si eres de las mujeres que prefieren los zapatos bajos, recuerda que totalmente planos y casi sin suela, no son la mejor idea.

9. Si eres hombre, también es importante que pongas atención en cuál es el calzado adecuado para ti. Normalmente los zapatos de hombre tienen la suela algo más gruesa y un poquito de tacón (especialmente los zapatos de vestir), así que si eliges ese tipo de calzado sólo deberás preocuparte de que tus pies estén cómodos en ellos. No obstante, las modas cambian y en ocasiones hay zapatos de hombre que pueden tener una punta demasiado pronunciada o tener una suela demasiado fina, en ese caso lo mejor es pensártelo dos veces.

¿Cuál es el calzado adecuado para los adultos mayores?

Según vamos cumpliendo años, elegir los zapatos adecuados es todavía más importante. El zapato no sólo debe de ser un zapato cómodo para caminar o estar de pie, sino que debe tener la mayor superficie de apoyo posible y brindar máxima sujeción. La suela debe ser resistente y no completamente lisa, para evitar resbalones. El talón siempre debería estar sujeto para evitar torceduras.

Ten en cuenta que con los años, los problemas en los pies son más frecuentes, especialmente si durante la juventud no los has cuidado adecuadamente. Deformaciones en los dedos, uñas incrustadas, hinchazón y dolor, son molestias comunes. Incluso es posible que llegada cierta edad necesites usar calzado ortopédico.

La única forma de elegir un buen calzado ortopédico es consultando con un especialista. Él es el único que puede determinar las necesidades especiales de tus pies y aconsejarte sobre los modelos que mejor se adecúan a ellos. Afortunadamente, cada día hay diseños más bonitos de zapatos ortopédicos, tanto para hombre como para mujer, así que tener que usar este tipo de calzado no significa que no podrás lucir bien.

Recuerda…

Comprar los zapatos correctos es una inversión en la salud del pie y del resto del cuerpo y eso debería de ser siempre más importante que la moda!

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1 Comentario

  1. Zapatos Oferta

    ¡Muy buenas consideraciones para acertar con el calzado!
    No cabe duda de que la comodidad debe ser el primer filtro que todo zapato debe cumplir antes de ser adquirido. A partir de ahí, ya podemos valorar el diseño, el estilo…
    ¡Un saludo!

    Responder

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