Definitivamente la vista es uno de nuestros sentidos más importantes. Gracias a nuestros ojos podemos ver el mundo que nos rodea y contemplar a las personas que amamos. Tener unos ojos sanos (lo más sanos posible) es algo que nos interesa a todos y por eso acostumbramos a poner atención cuando encontramos información sobre cómo cuidar la vista.
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Cuidado de los ojos más allá de las lentes de aumento
Sin embargo existen muchos mitos y verdades a medias sobre el cuidado de los ojos. Los medios de comunicación nos bombardean a diario con millones de informaciones diferentes, muchas de ellas contradictorias y la salud (incluyendo la de los ojos) es con seguridad el tema más recurrente.
Más allá de problemas médicos como la hipermetropía, la miopía o la presbicia, que aparece con los años, y que siempre necesitan atención especializada, es indudable que hay cosas que podemos hacer en nuestra vida diaria y que nos ayudan a tener una buena salud visual.
Pero primero hay que desmontar algunos mitos y saber bien qué es bueno para la vista y qué no.
Ideas comunes sobre el cuidado de los ojos, no siempre correctas
1. Leer con poca luz es malo para la vista
Esta es una de las ideas más comunes sobre lo que no es bueno para la vista. ¿Quién no lo ha dicho o escuchado alguna vez? Pero no es verdad que el leer con mala iluminación cause problemas de visión y nos lleve a necesitar gafas antes de tiempo. Lo que sí es cierto es que nuestros ojos tienen que esforzarse más cuando no tienen suficiente luz y eso produce vista cansada. El cansancio en los ojos hará que tengamos dificultad para enfocar después de un rato de esfuerzo, pero eso no significa necesariamente que nos falte la vista.
Lo aconsejable es leer con una luz que dé directamente sobre lo que estamos leyendo y si la luz tiene un tono opaco mejor. Aunque normalmente ponemos la luz sobre nuestros hombros, los especialistas aseguran que esa no es la mejor ubicación.
2. Las zanahorias son el mejor alimento para los ojos
En realidad no son las zanahorias sino la vitamina A, lo que cuida nuestros ojos. Las zanahorias son especialmente ricas en esta vitamina y por eso se han ganado su fama, pero otros alimentos como el brócoli, la batata o el melón también tienen altas dosis de Vitamina A, por tanto son muy recomendables.
Pero, aunque en este caso, se trata de una idea bien fundamentada, es sólo una verdad a medias, porque las frutas frescas y las verduras de hoja verde (como las espinacas) ricas en Vitaminas C y E y antioxidantes, son todavía mejores alimentos para los ojos. Ayudan a prevenir la aparición de cataratas y protegen de la degeneración macular que surgen con la edad. Eso sí, ninguno de estos alimentos sirve para disminuir o hacer desaparecer problemas de visión existentes como la miopía, la presbicia o la hipermetropía.
3. Usar lentes para leer demasiado pronto hace que aumente la presbicia
Este es otro mito y de los más comunes. Muchos piensan que empezar a usar lentes para leer origina que repentinamente aumente la presbicia y se basan en el hecho de que cada vez les cuesta más enfocar sin lentes.
Este es un error. Lo que ocurre es que al empezar a usar gafas de lectura nos acostumbramos a leer con una nitidez y claridad que habíamos olvidado. No es que veamos peor sin los lentes, sino que no éramos conscientes de lo mal que veíamos hasta empezar a usarlos. Parte de un buen cuidado de los ojos es usar gafas cuando es necesario para evitar forzar demasiado la vista.
4. Las gafas de sol son para el verano
Esta es otra idea equivocada, porque el sol daña nuestros ojos más de lo que imaginamos. El cuidado de la vista es necesario tanto en invierno como en verano. Tendemos a pensar que como en invierno el sol no ilumina demasiado, no hace falta proteger nuestros ojos, pero la radiación solar que pasa incluso a través de las nubes, daña la retina y puede ser una causa de que con los años tengamos cataratas.
Y si piensas que antiguamente no se usaban gafas de sol y los abuelos estaban “tan contentos”, recuerda que ni la gente vivía tantos años como ahora, ni los abuelos tenían siempre una buena salud visual. Ah, y a la hora de elegir gafas de sol no olvides que lo importante es que te brinden una adecuada protección contra los rayos ultravioletas, por encima de lo que está de moda o te guste más. 😉
5. Los ejercicios oculares retrasan la necesidad de usar gafas
Nos negamos a usar gafas porque eso significa que nos hemos hecho mayores, quizá por eso esta idea popular tenga tanto éxito. Si piensas que los ejercicios oculares, que consisten básicamente en cambiar el enfoque de lejos a cerca en repetidas ocasiones, cuidan la vista al extremo de hacer que no necesites gafas, lamento desengañarte.
Los ejercicios para los ojos pueden aliviar la fatiga, pero no mejoran la visión ni evitan la necesidad de usar gafas. A medida que pasan los años, los ojos también envejecen, pierden su flexibilidad y por tanto su capacidad de enfoque y los tejidos tienden a deteriorarse; eso no puede contrarrestarse significativamente haciendo ejercicios oculares.
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