Hace unos días se celebró en Madrid un encuentro entre varios Premios Nobel llamado Nobel Prize Dialogue, con la idea de debatir sobre el envejecimiento y su futuro. Esto del futuro del envejecimiento es un tema curioso y me ha dado para mucha reflexión que ahora me gustaría compartir.
Para empezar, las preguntas básicas sobre las que rondaba el Dialogo eran de lo más interesantes: ¿Cuánto tiempo viviremos en el futuro? ¿Cuánto tiempo podemos darnos el lujo de vivir? ¿Cuánto tiempo deberíamos vivir?
El planteamiento me hizo recordar un libro de José Saramago que leí hace ya algunos años: Las intermitencias de la muerte. En esta obra, el autor portugués planteaba la problemática en la que se situaría el mundo en caso de que dejáramos de morirnos.
Es un libro absolutamente sorprendente y por supuesto recomendable que, más allá de la ficción, plantea dilemas y cuestionamientos a los que de alguna manera el mundo se está enfrentando en la actualidad debido al incremento de la esperanza de vida.
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¿Cuál será el futuro del envejecimiento? ¿Cuánto viviremos?
Todos somos conscientes de que la ciencia avanza cada vez más rápido, encuentra la cura a más enfermedades y su capacidad de prevenir genéticamente problemas futuros promete soluciones antes inimaginables.
Pero, ¿aumentar nuestra esperanza de vida es siempre una buena noticia? O quizá la solución a un problema como la enfermedad se traerá otros mayores…
Uno de los planteamientos básicos de este blog es que vivimos en un mundo poblado cada vez más por adultos mayores. Nuestra generación podría llegar a cumplir los 100 años con relativa facilidad y los que vienen detrás de nosotros tienen altas probabilidades de superarlos largamente.
Sin embargo ¿realmente queremos vivir tanto? A priori parece claro que la respuesta es un SI rotundo, pero si lo piensas un momento más, quizá ya no estés tan seguro. Yo por lo menos, empiezo a tener mis dudas…
Vivir mucho está muy bien, pero creo que más importante que vivir más años es que los que vivamos sean buenos, o dicho de otra manera, la calidad de vida que tengamos hasta que llegue el final. Y allí es donde empiezan los verdaderos retos.
¿Estamos preparados para envejecer?
Como ya comenté en otro artículo, prepararnos para envejecer es un proceso que debería empezar cuanto antes, porque lleva tiempo y necesita que pensemos mucho y muy en serio sobre quiénes somos, qué queremos y qué necesitaremos en el futuro.
Recuerdo que cuando era niña la vejez era algo de lo que casi nadie hablaba. Los mayores parecían aceptar como algo “natural” que al envejecer dejaban de pertenecer a la sociedad y sólo les quedaba “esconderse” a la sombra del hogar para esperar la muerte.
Pero ahora las cosas han cambiado, cada día somos más los que hemos atravesado el ecuador de la vida y si el ritmo sigue así, según Naciones Unidas, para 2050 en el mundo los mayores de 60 años seremos más de 2100 millones de personas!! Eso es todo un gran reto social, pero también personal!
Afortunadamente ya no se trata de “esconderse” al calor del hogar a esperar la llegada de la muerte. No sé tú, pero yo no estoy dispuesta a terminar así mi vida. Ahora se trata de levantar la cabeza y estar decididos a seguir participando del mundo hasta el final.
El reto de un mundo envejecido
Puede que los 2100 millones no te digan mucho, pero eso puede significar que para el 2050 en un gran número de países, las personas mayores de 60 años representemos un 30% de la población total y eso es mucho… muchísimo.
El aumento de la esperanza de vida se ha convertido en todo un reto para la sociedad, porque debe prepararse para incluir activamente a personas mayores con mucho conocimiento y experiencia que aportar y a las que todavía les quedan varias décadas de vida productiva. Y más vale que veamos esos años como años productivos, porque de lo contrario las cuentas no saldrán.
Por supuesto no se trata sólo de dinero sino de toda la organización social, cultural e incluso del diseño de las ciudades. El envejecimiento de la población mundial cambiará el mundo tal y como lo conocemos.
Pero el reto más importante es el reto personal. Conseguir envejecer bien requiere de un plan, requiere que nos planteemos cuál es el siguiente paso, cómo queremos vivir esa otra mitad de la vida con la que casi no contábamos.
Necesitamos una estrategia física y mental porque lo importante no es cumplir más años, eso, gracias a los avances de la ciencia, será lo fácil, lo importante es que nos aseguremos de llegar a ellos en el mejor estado posible. Más sanos, más fuertes, más felices y por supuesto, financieramente mejor preparados.
Lograrlo no tiene ningún misterio, no hay ningún secreto escondido, la palabra clave es simplemente planificación. Un plan que contemple el cuidado del cuerpo y la mente, alimentación sana, ejercicios, fortalecimiento de las relaciones personales y por supuesto, mantenernos activos de manera permanente haciendo cosas que nos motiven e ilusionen.
Todo eso con la ayuda de la medicina (si es preventiva mejor) y una pizca de suerte 😉 nos garantizará una tercera edad mucho más plena.
El futuro del envejecimiento: un mundo por y para los mayores
Pensándolo bien, esto de que el mundo, o mejor dicho, una gran mayoría de la población esté envejeciendo y que el ratio de personas mayores de 60 años se incremente cada vez más, me parece una excelente noticia. Es como si el mundo siguiera mi ritmo 😉
Si te fijas con atención el mundo está cambiando y todos parecen haberse dado cuenta del enorme potencial social y económico que ahora representamos los mayores.
Publicistas empiezan a poner sus ojos en “modelos mayores” para vendernos cosas. Recuerdo que mi madre se quejaba de que las cremas para las arrugas siempre las anunciaban chicas de 20 años… “así quién va a tener arrugas…. Por qué no ponen a una vieja como yo” – solía decir. Ojalá pudiera ver los anuncios de hoy, para que viera que por fin le han hecho caso.
Moda, coches de alta gama, viajes que prometen todas las comodidades sin preocupaciones o inversiones dirigidas a adultos mayores han empezado a llenar las campañas de publicidad.
Nos estamos convirtiendo en una parte de la sociedad con un poder muy importante! Tenemos poder de decisión, poder de compra, poder de elección y poco a poco somos mayoría. Me encanta!!
Ahora ya se diseñan nuevos productos especialmente para mayores de 50 años, y nada tienen que ver con la idea antigua de “cosas de viejos”. Desde apps para encontrar pareja a partir de los 50, hasta viviendas adaptadas para ofrecer comodidad a adultos mayores que buscan independencia con cierto grado de ayuda y cuidado.
La vejez cambia y vuelve a tener ese peso y esa importancia que tenía en las antiguas sociedades. Nuestra voz cada vez se hace más fuerte y todos tienen que escucharnos. En nuestras manos está decidir cómo queremos vivir.
Los viejos ya no se esconden! Estamos aprendiendo a lucir nuestras canas y nuestras arrugas con orgullo y a poner en valor la experiencia ganada con los años.
Estoy convencida de que somos una generación afortunada. Somos nosotros los llamados a decidir cuál será el futuro del envejecimiento. Somos nosotros quienes escribiremos ese futuro.
Así que si en algún momento has caído en la tentación de deprimirte por el hecho de estar envejeciendo, piénsalo nuevamente. Si pones atención estoy segura de que encontrarás más razones para estar feliz que para estar triste. Es verdad que ya no tienes la energía física de los 20, pero si cuidas tu salud física, mental y emocional y a ello le sumas la experiencia adquirida en los años de vida, verás que este es tu mejor momento!
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