¿Quién puede definir la felicidad? Cualquiera, aunque no siempre nuestras definiciones coincidan, porque la felicidad es un sentimiento muy personal e íntimo.
Pero aunque no tengamos una única definición de felicidad, lo que sí está claro es que ser felices es un anhelo que todos llevamos dentro, sin importar quienes somos o la edad que tengamos.
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¿Buscamos realmente la felicidad?
Lamentablemente, en demasiadas ocasiones el ritmo de la vida moderna, la sociedad de consumo y los medios de comunicación nos confunden, cuando queremos descubrir qué es lo que nos hace felices.
Todo está pensado para hacernos creer que la verdadera felicidad se encuentra en las cosas materiales, en todo aquello que podemos comprar con dinero. El mensaje es que si no tenemos dinero para comprar, seremos infelices irremediablemente.
Y así, nuestra vida se convierte en una eterna carrera por ganar más y más, sin importar lo que sacrificamos en el camino.
Nos están programando todos los días para que soñemos con ser ricos y así comprarnos lo último en tecnología, el coche más moderno, el teléfono de última generación, la ropa de moda o incluso hacernos ese costoso tratamiento que nos devolverá la belleza y la juventud. Porque cuando tengamos todo eso seremos felices… pero, ¿ese es realmente el secreto de la felicidad?
Nadie puede negar que comprar cosas es satisfactorio. Más si son cosas bonitas para nosotros mismos o para las personas que queremos. Es verdad que quien tiene dinero puede afrontar ciertos aspectos de la vida con mayor tranquilidad, pero ¿es lo mismo eso que ser felices o se trata más bien de un placer temporal o en el mejor de los casos de un nivel de tranquilidad?
De hecho, algunos estudios han demostrado que llegado un punto, el tener más dinero casi no afecta ni a nuestra felicidad ni a nuestro estado de ánimo en general. ¿Quién no ha oído historias de gente rica que a pesar de tener todo lo que materialmente desean, no son felices? Entonces, ¿en qué se basa la felicidad verdadera?
¿Cuál es el secreto de la felicidad?
Por suerte, las cosas que nos dan la felicidad no se compran con dinero, son gratis y están al alcance de todos siempre que pongamos un poquito de atención y nos paremos a reflexionar sobre lo que realmente nos importa. Puede que parezca un tópico, pero no lo es.
Cultiva estas tres cosas y habrás encontrado el secreto de la felicidad verdadera:
1. Ten buenas relaciones personales
Los seres humanos no hemos nacido para estar solos, necesitamos relacionarnos íntima y afectuosamente con otros para ser felices. Cultivar unas buenas relaciones personales es vital para tener una vida plena y satisfactoria.
Deja de correr por conseguir más dinero, para un poco y dedícale tiempo a tus amigos, a tu pareja y a tu familia. El afecto necesita ser alimentado a diario y el peor error que podemos cometer es dar todo por supuesto. Recuerda que uno de los mayores arrepentimientos de las personas que van a morir es no haber pasado más tiempo con sus seres queridos. No permitas que ese sea tu caso.
Y recuerda que tan importante como pasar tiempo con ellos es decirles que los quieres, escucharlos, apoyarlos y recibir su apoyo con agradecimiento. Unas relaciones fuertes son el mejor soporte vital que puedes tener y una gran fuente de felicidad.
2. Mantén un pensamiento positivo
Los beneficios del pensamiento positivo son múltiples, tanto para el cuerpo como para la mente y el espíritu. Puede que no se te haya ocurrido antes pero el hábito de ver “el vaso medio lleno” (en lugar de “medio vacío”), es uno de los mayores secretos de la felicidad.
Pensar con optimismo te ayudará a alcanzar tus metas, a sentirte capaz de hacer lo que te propongas, a reconocer que tú tienes el control de tu vida y a atraer hacia ti lo mejor de cada persona. Una persona positiva transmite alegría y es capaz de sacar lo mejor de quienes lo rodean.
Puede que pienses que no siempre es fácil y estás en lo cierto, pero el pensamiento positivo es un hábito que puede aprenderse. Intenta cambiar tus pensamientos cada vez que sean negativos o pesimistas, trata de encontrar algo bueno en cada situación difícil y verás como poco a poco las nubes se disipan y cada vez te será más fácil. Piensa que una vida feliz es una vida en positivo.
3. Haz aquello que de verdad amas
No importa lo que sea. Si dedicas tu tiempo a hacer las cosas que disfrutas entonces entrarás en un estado total de enfoque y satisfacción. Eso que se conoce como “estado de flujo”. Ya sea trabajo o pasatiempo, si de verdad haces algo que amas, estarás llenando tu vida de momentos de absoluta felicidad.
No dejes que la vida pase ante tus ojos como si fueras un simple espectador. Actúa, busca aquello con lo que te sientes totalmente tú, aquello que te da placer, aquello que hace latir tu corazón con fuerza (todos tenemos algo que nos hace vibrar) y lánzate. ¿Puede haber un mejor secreto de la felicidad que vivir intensamente?
Recuerda que la vida es demasiado corta para darnos el lujo de desperdiciarla. Que actuar es mejor que quedarnos sentados. Que la llave de la felicidad está al alcance de todos y que no se compra con dinero.
La felicidad es la suma de esos pequeños y grandes momentos en que nos sentimos vivos, en que amamos y recibimos amor, en que reímos desde el fondo del corazón. La vida puede ser una maravillosa aventura, a cualquier edad y en cualquier momento!
“No hay un camino a la felicidad: la felicidad es el camino.” Buda
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