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8 Hábitos saludables que te garantizan una vida larga y feliz

Estilo de vida, Pensamiento positivo, Salud y Bienestar

hábitos saludables para una vida larga y feliz

¿Te gustaría poder disfrutar de una vida larga y feliz? Seguramente que sí, como es lógico. Pero, además de desearlo, ¿qué haces para conseguirlo? Gozar de felicidad y salud plena no es algo que toca en suerte, como la lotería, es el resultado de poner en práctica hábitos saludables todos los días.

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Mucho de tu bienestar depende de ti

Puedes pensar que cosas como la genética, las enfermedades inesperadas o muchas otras circunstancias que salen fuera de tu control, son las que determinan que tengas o no una vida saludable. Y claro que tienes razón, pero sólo en parte. Incluso las predisposiciones genéticas a desarrollar determinadas enfermedades, pueden ser atajadas o retrasadas aplicando rutinas de vida sana.

Los mejores hábitos saludables no sólo se concentran en el cuidado del cuerpo, sino también de la mente y del espíritu. Sólo si te sientes bien en esos tres aspectos fundamentales que conforman tu ser, podrás decir que gozas de una verdadera salud integral. Y la salud integral es la única forma de tener una vida larga y feliz.

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¿Qué significa tener salud integral o salud plena?

En general, cuando pensamos en la salud, la relacionamos casi exclusivamente con la ausencia de enfermedades, pero eso es sólo una parte. Efectivamente, la falta de enfermedades físicas es uno de los primeros indicios de la buena salud, pero la salud integral o salud plena va mucho más allá.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud integral como el estado de bienestar general del ser humano entendido como  salud física, mental y social. Es decir, un conjunto de factores biológicos, emocionales y espirituales que contribuyen a un estado de equilibrio en la persona.

Y aunque probablemente estés pensando que disfrutar de salud integral de manera permanente es una utopía (y puede que tengas razón), lo cierto es que muchos de los factores que contribuyen a ella, están en nuestras manos. Adoptar hábitos saludables, que abarquen la salud física, mental y emocional, es una decisión personal que hay que tomar cada día. Quizá eso no te garantice una salud plena la totalidad de tu vida, pero sí contribuirá a que vivas mejor  y por más tiempo.

Hábitos saludables para una vida larga y feliz

1. Mantén una alimentación saludable

Como ya habrás escuchado en infinidad de ocasiones, la buena alimentación es fundamental para mantener la salud, pero no sólo del cuerpo sino también de la mente. Todo lo que comes afecta a tu aspecto, a tus órganos y a tu mente, por eso es importante que pongas un especial cuidado en tu dieta diaria.

Da prioridad a las frutas y verduras. Un buen desayuno equilibrado y nutritivo que incluya alguna fruta, te ayudará a empezar el día con energía. Recuerda que hay alimentos que no pueden faltar en tu dieta, como el pescado azul, rico en Omega 3 y antioxidantes, que previenen el envejecimiento celular.

Evita todo lo posible (si puedes olvidarlos mejor) los alimentos procesados y las grasas saturadas y trans. Disminuir el azúcar es uno de los pasos más difíciles pero en la medida de lo posible, hazlo. Recuerda que existen alimentos especialmente buenos para el cerebro, que evitan o retrasan las pérdidas de memoria que se presentan con los años.

2. Cuida la calidad de tu sueño

Tener hábitos saludables de sueño significa no sólo dormir bien sino hacerlo la cantidad de horas necesarias. Recuerda que un buen descanso garantiza una buena salud física y mental, no en vano una de las peores formas de tortura que existen es la de impedir dormir.

Durante el sueño, el cuerpo centra sus energías en la curación y la reparación del sistema. Las hormonas del crecimiento se encargan de reparar los fallos y del proceso de regeneración celular que es vital para el organismo. Además, durante ese tiempo, el cerebro no sólo descansa sino que aprovecha para almacenar la información recibida durante la vigilia y fijarla en la memoria.

Es aconsejable que mantengas una disciplina de sueño, acostarte a la misma hora y levantarte temprano para aprovechar al máximo las horas de luz del día, te dará una dosis de energía adicional. Si eres de las personas a las que les cuesta conciliar el sueño, pon en práctica alguno de nuestros trucos para combatir el insomnio, que  seguramente te ayudarán.

3. Haz ejercicio para cuidar el cuerpo y la mente

Como has visto, los hábitos saludables no se refieren sólo al cuidado del cuerpo sino también de la mente. Y existen maravillosos ejercicios que puedes usar para mantener la firmeza y la salud de ambos.

Para el cuerpo, el ejercicio físico representa una especie de alimento. El cuerpo está hecho para el movimiento, por eso la vida sedentaria lo deteriora rápidamente. Con el paso de los años, mantener fuertes los músculos, huesos y articulaciones es fundamental para evitar el envejecimiento prematuro.

Mantener una rutina diaria de ejercicio físico puede no hacerte mucha ilusión, a priori, pero es mucho lo que ganarás. Hay varios ejercicios ideales para la salud que no tienen por qué significar una tortura y que te aportarán grandes beneficios.

Por su parte, los ejercicios para la mente son otra de las áreas en las que debes poner especial atención. La “gimnasia mental” mantiene las neuronas activas y funcionando. Lo que no se usa se atrofia y eso se cumple especialmente en el caso del cerebro.

Leer, aprender algo nuevo constantemente, usar el pensamiento lógico e incluso jugar, son actividades que mantienen la mente activa y alejan problemas como la demencia, la pérdida de memoria o el Alzheimer.

4. Aprende a manejar el estrés adecuadamente

No se puede negar que en demasiadas ocasiones el estrés forma parte de nuestra vida diaria. Vivimos corriendo e intentando estirar el tiempo lo más posible para cumplir con todas nuestras obligaciones.

Desafortunadamente, el paso de los años y el envejecimiento no parecen librarnos del estrés. Si no hay problemas en el trabajo, entonces los hay en la familia, con los hijos, con la pareja, con el dinero… en fin, la lista puede ser muy grande.

Y aunque el estrés no es malo en esencia, ya que nos garantiza una reacción eficiente ante un peligro inminente, el estrés crónico sí lo es. Cuando el cortisol y la adrenalina invaden nuestro cuerpo de forma permanente afectan negativamente a todas y cada una de nuestras células.

Por eso, si no puedes librarte de los problemas que te causan estrés, entonces deberás aprender a manejarlo. La meditación, el minfulness, la risoterapia, el tai chi y cualquier otra técnica de relajación, constituyen hábitos saludables que te ayudarán a calmar la mente y a librarte de la acción corrosiva de las hormonas del estrés.

5. Cultiva una tribu constructiva

No estamos hechos para vivir solos, necesitamos una vida en comunidad así que tener una “tribu” es una garantía de salud mental y espiritual. Recuerda que tener relaciones afectivas sólidas es uno de los secretos de la felicidad.

Familia, pareja y amigos son quienes forman tu tribu, personas con las que compartes tu visión sobre la vida, personas que te aportan apoyo, ilusión y positivismo y a quienes tú puedas dar afecto y soporte.

Escoge bien a quienes dejas formar parte de tu tribu y a quienes no. Aleja de tu vida a las personas tóxicas, que te roban energía o que sólo pueden ver las cosas de manera negativa. No permitas que esas personas contaminen tu vida, sin importar quienes sean.

6. Mantén una visión positiva

El pensamiento positivo tiene gran influencia sobre nosotros, no sólo sobre la mente y las emociones sino también sobre la salud física. Aunque muchos se empeñan en dudarlo, ya hay un importante número de estudios científicos que avalan esa afirmación, los suficientes como para hacerles caso.

Uno de los hábitos más saludables que puedes incorporar a tu vida, es el de buscar permanentemente el lado bueno de las cosas. Seguramente no siempre será fácil. A los problemas y dificultades del día a día hay que sumar las malas noticias que se empeñan en mostrarnos los medios de comunicación en grandes cantidades (intenta evitarlas).

Sin embargo, si te esfuerzas comprobarás que en el mundo (y en tu vida) siempre hay cosas buenas por las que puedes sentirte agradecid@. El pensamiento positivo no sólo te ayudará a tener un sano equilibrio mental, sino que alejará de ti el peligro de caer en la depresión y la tristeza crónica. Además te ayudará a tener un corazón mucho más sano y a fortalecer tu sistema inmunológico, manteniendo tu salud física.

7. Disfruta del tiempo libre, especialmente en la naturaleza

No todo en la vida puede ser trabajar y cumplir con tus obligaciones. Es fundamental para tener una salud integral que te des el tiempo de parar y disfrutar. Hacerlo equivale a recargar tus baterías y es absolutamente necesario, si quieres tener una vida plena y feliz.

Puedes y debes, establecer momentos especiales sólo para disfrutar. Esos momentos serán los mejores regalos que puedas hacerte. Ocupa tu tiempo libre en cosas que te gusten y te emocionen, baila, juega, pinta, no importa lo que sea ni si parecen cosas inútiles. No lo son, ya que sirven para hacerte feliz, despejar tu mente y por tanto para mantenerte física y emocionalmente bien.

Y si puedes, por lo menos una vez al mes, escápate a disfrutar de la naturaleza, a un parque, un bosque, el mar o la montaña, donde puedas. No hay nada más relajante y reconstituyente que el aire puro y el sonido del mar o de los pájaros en medio del campo. La naturaleza es una verdadera medicina y es gratis! Aprovéchala.

8. Ríe siempre que puedas

La risa es sencillamente mágica. Alegra el alma y cura el cuerpo físico, aunque no lo creas. Probablemente no haya cura más fácil, más rápida y más a mano que unas buenas carcajadas.

No importa el motivo, aprovecha cualquier ocasión que tengas para reír, pero para reír de verdad, a carcajadas y sin complejos. Si has tenido un día difícil y no parece haber ningún motivo para reír entonces búscalo, invéntalo. Mira una película o un programa que te arranque unas buenas risas y verás cómo después de eso, lo malo ya no te parecerá tan malo.

Cultiva el sentido del humor y ríe como cuando eras un niño, cuando nada parecía ser tan importante. No importa el motivo, ni siquiera te hace falta uno. La risa ahuyenta las nubes, cambia la perspectiva y fortalece tus vínculos con aquellos con los que la compartes.

Transfórmate en una persona alegre, agradecida por la bendición de estar con vida y recuerda que al final de cuentas, la vida nos ha sido dada para disfrutarla. Esta es tu única oportunidad, no la desperdicies!

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