Hace muy poco, cenando con unos amigos, uno de ellos dijo que sentía que a partir del momento en que cumplió los 40 ya nada era lo mismo. Sentía cómo los años empezaban a pesarle física y emocionalmente, que empezaba a tener achaques y que era como si todo hubiera empezado a fallar.
La forma cómo dijo todo esto me hizo pensar que en el fondo escondía un enorme miedo a envejecer y me di cuenta de que de una u otra manera todos los que estábamos sentados a la mesa compartíamos su mismos temores y nos enfrentábamos con aprehensión a los años que teníamos por delante.
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¿Por qué tenemos miedo a envejecer?
Seguramente la razón principal por la que nos asusta hacernos viejos es por los estereotipos negativos que tenemos arraigados en el subconsciente, sobre lo que significa envejecer. Pensamos en las personas mayores como seres de segunda, con gran deterioro físico, imposibilitados de valerse por si mismos, indefensos y solitarios.
Los medios de comunicación han contribuido mucho a fomentar estas ideas. Todos los días nos presentan imágenes de hombres y mujeres rebosantes de juventud y lozanía transmitiéndonos el mensaje de que ahí, en su juventud y belleza, es donde reside su valor.
Este mensaje es tan constante que olvidamos que la juventud no es un valor en sí mismo, no hay mérito en ser joven, todos lo hemos sido alguna vez. Se trata sólo de una etapa natural de la vida y paradójicamente, una de las más cortas.
Bombardeados constantemente por ese mensaje, nos olvidamos de las cosas maravillosas que llegan con los años y del valor que nos aporta la experiencia. En lugar de volvernos más seguros y confiar más en nosotros mismos, aceptamos la idea de que la vejez nos disminuye, nos relega y nos volvemos personas asustadizas, incapaces de tomar las riendas de nuestra vida.
No sabemos exactamente lo que significará para nosotros volvernos viejos, y por eso sentimos miedo, porque nos enfrentamos a una etapa desconocida y amenazadora. Hemos visto demasiados ejemplos y sabemos que el cuerpo se deteriora por eso envejecer nos aterra.
Es completamente cierto que con los años nuestras capacidades físicas e incluso mentales cambian y algunas disminuyen, pero ya no estamos en el siglo pasado, cuando desconocíamos casi por completo todo lo que podíamos hacer para vivir una vida larga y saludable. La medicina ha avanzado de manera increíble y los nuevos descubrimientos nos prometen una vida centenaria sin demasiado esfuerzo.
Así que quizá sea el momento de cambiar el miedo a envejecer por una actitud más positiva, que vaya más allá de la apariencia física y que ponga en valor las cosas que ganamos con los años. Miremos a los ojos a nuestro miedo para conocerlo bien y reemplazarlo por seguridad y alegría de vivir.
¿Qué es lo que realmente nos asusta de hacernos viejos?
Lo que en realidad nos da miedo es convertirnos en ese estereotipo negativo del viejo débil, solo y completamente dependiente. Además del deterioro físico, por supuesto el dinero suele ser otro de los grandes temores. ¿Tendremos dinero suficiente para vivir una vejez digna?
Y finalmente, aunque es el miedo que menos nos atrevemos a reconocer (incluso a nosotros mismos), nos asusta llegar a ese momento en el que nos demos cuenta de que la vida se nos ha pasado de largo y no hemos conseguido alcanzar nuestros sueños.
La buena noticia es que una vejez sombría, solitaria y débil, no es un destino al que tengamos que llegar irremediablemente. Hay mucho que está en nuestras manos para evitar convertirnos en eso que tememos. Es momento de levantar la voz y reivindicar nuestra importancia, nuestra fuerza y nuestro valor, un valor que si de verdad nos lo proponemos, aumentará según vayamos cumpliendo más años.
¿Cómo desterrar el miedo a envejecer?
Primero que nada recuerda que no estás solo. La esperanza de vida ha aumentado tanto en las últimas décadas (y al parecer seguirá haciéndolo) que dentro de poco tiempo la población mayor de 60 años en el mundo constituirá un 22% del total, según la OMS. Esto significa que los adultos y adultos-mayores seremos muchos más que los niños y jóvenes en todo el mundo!
Se trata de un gran cambio que hará que nuestras sociedades se transformen. El “viejo” dejará de ser alguien al que hay que esconder, para pasar a ser alguien con gran capacidad de decisión y gran poder, incluyendo poder económico y político (seremos mayoría). ¿Cómo seguir teniendo miedo a envejecer cuando las reglas del juego estarán en nuestras manos? 😉
Otra forma de desterrar el miedo es aceptando con gratitud la edad. Si te resistes a asumir el paso de los años, con sus inconvenientes pero también con sus cosas buenas, lo único que conseguirás es frustrarte y sentirte infeliz. El tiempo pasa, el rostro se llena de arrugas, el pelo se vuelve blanco ¿y qué? Somos más sabios, conocemos más sobre la vida, hemos descubierto lo que de verdad importa. El cambio no está tan mal, reconócelo.
Si tu principal temor es perder la salud entonces toma medidas y cuídate. Nunca es demasiado pronto para empezar a prepararte para tener una vida larga y sana. Haz ejercicio, mantente físicamente activo todos los días, cuida tu alimentación, pon especial atención en los alimentos que el cuerpo y la mente necesitan más con el paso del tiempo y destierra de una vez hábitos dañinos con el tabaco o el alcohol (por lo menos en exceso).
Diseña un buen plan de ahorro, un plan de pensiones o haz alguna inversión que te dé cierta rentabilidad. Nunca es pronto para empezar a ahorrar de cara al futuro y ningún buen ahorrillo sobra. Por poco que parezca, siempre te dará una tranquilidad para cuando llegue el momento en que dejes de trabajar.
Olvida de una vez la idea de vejez como sinónimo de incapacidad e inutilidad. Mientras te mantengas activo, haciendo algo por ti y por los demás, te mantendrás vital. Saca de tu mente la idea de la jubilación como el momento en el cual dejarás de dedicarte a algo de forma regular. Jubílate del trabajo si quieres (también puedes elegir no hacerlo) pero no te jubiles de la vida.
Mantén una vida social plena, especialmente con personas de tu edad con quienes puedas compartir tus sentimientos y temores acerca de la vejez. El soporte emocional es muy importante en cualquier momento de la vida, pero conforme pasan los años lo es todavía más. Eso te hará olvidar tu miedo a la soledad y al abandono.
Y por último, no te rindas! Atrévete siempre a probar algo nuevo, a aprender algo diferente (por inútil que te parezca), a conocer un lugar en el que no hayas estado antes. Abandona la comodidad y la seguridad de tu vida con toda la frecuencia que puedas y lánzate a la aventura y al descubrimiento, porque al hacerlo estarás inyectando una importante dosis de vida a tu vida.
Corre siempre detrás de tus sueños, no importa cuáles sean, ni la edad que tengas, mientras estés vivo puedes seguir intentándolo. Tener un sueño, un objetivo, un por qué, es tu mejor garantía de vivir una vida larga, sana y feliz, así que no hay ningún motivo para asustarte.
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