El dicho de que “el perro es el mejor amigo del hombre” no carece de fundamento. Todo aquel que haya tenido la oportunidad de vivir con un perro en algún momento de su vida, sabe que la fidelidad y el amor incondicional que un perro regala, no se compara con nada.
La unión entre el perro y el hombre parece casi instintiva, por eso es común que desde que somos niños pequeños nos sintamos inclinados a ellos. Mucho se dice sobre los beneficios que convivir con un perro aporta a los más pequeños, pero estos beneficios pueden llegar a ser incluso más grandes según nos hacemos mayores.
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Beneficios de tener un perro como animal de compañía
La compañía de un perro puede cambiar radicalmente nuestra vida, sobre todo cuando nos enfrentamos a momentos difíciles. Un perro nos ayuda a superar la soledad, la pérdida de un ser querido, la partida del hogar de los hijos o el momento de la jubilación. Y es que un perro no sólo nos da amor, sino que nos necesita y sentirnos necesitados es fundamental para mantener la ilusión.
Tener un perro de compañía en casa nos obligará a preocuparnos por su cuidado y alimentación y nos forzará a salir a pasear con él para que haga sus necesidades y se mantenga sano. Al salir a pasear con nuestro perro haremos ejercicio y también tendremos la oportunidad de conocer a otras personas, que como nosotros, salen con sus peludos compañeros. Un perro nos obligará a mantener horarios y una sana rutina, algo que con los años es fundamental.
Finalmente, no hay nada que disfrute más un perro que jugar. Al jugar con nuestro perro nos contagiaremos de su alegría y vitalidad, liberando el estrés, las preocupaciones y el cansancio.
Sin embargo, antes de elegir un perro como animal de compañía, hay que tener en cuenta muy bien nuestro estado físico y las necesidades de la raza que nos guste. Por lo general, los perros de raza pequeña son la mejor alternativa. Los perros pequeños suelen ser muy cariñosos, disfrutan mucho de la compañía de sus dueños, son fáciles de manejar porque pesan poco y necesitan menos ejercicio físico que un perro de raza grande.
Perros de raza pequeña ideales para adultos mayores
Bichón Maltés
Este pequeño y hermoso perrito de color blanco y largo pelo, es una compañía perfecta para toda la familia y especialmente para las personas mayores, ya que es muy cariñoso y disfruta mucho compartiendo el tiempo con sus dueños. No mide más de 20 a 25 centímetros de alto y su peso medio es de 4 kilos. Una de sus principales características es que es un perro muy fácil de amaestrar, que aprende fácilmente no sólo reglas de conducta sino también trucos y piruetas, así que entrenarlo puede ser una experiencia divertida.
Al ser un perro pequeño no necesita de largos paseos y disfruta estando en casa. Eso sí, hay que cepillar su pelo todos los días para evitar que se ensucie y se enrede, pero hacerlo puede ser una actividad muy relajante.
Chihuahua
Para los que prefieran no tener que preocuparse por el cuidado del pelo, el chihuahua de pelo corto es una excelente alternativa. Este pequeño perrito tiene una larga esperanza de vida (de 15 a 18 años), pesa entre 1kg y 3kg y mide entre 12cm y 22cm de altura, así que es prácticamente un perro de bolsillo.
A pesar de su tamaño, el chihuahua es un perro muy vital y con mucha energía, que disfruta mucho de salir a pasear, así que es el motivo perfecto para caminar y hacer algo de ejercicio. Los chihuahuas son perros muy cariñosos, que siempre demandan la atención de sus amos, a los que siempre intentarán proteger.
Yorkshire terrier (Yorkie)
Entre los perros de raza pequeña para personas mayores, quizá este sea uno de los preferidos, por ser un perro muy bonito, carioso y faldero. El Yorkie, como se le conoce familiarmente, es un perro juguetón por naturaleza, al que le encanta correr al aire libre y jugar con la pelota. En algunos casos puede ser incansable, pero transmite su vitalidad a quienes lo cuidan.
El tamaño del Yorkshire puede variar, desde el “toy” de 1 kg de peso, hasta los más grandes que pueden alcanzar los 7 kg. Su pelo es largo pero fácil de cuidar (es aconsejable cepillarlo todos los días) y una de sus principales ventajas es que casi no se le cae así que es perfecto para personas con algún tipo de alergia.
Hay que tener en cuenta que es todo un “perro campana”, vigilante y siempre alerta, por lo que en ocasiones puede ladrar más de lo necesario.
Pekinés
Si lo que necesitamos es un perro de compañía que no demande demasiado ejercicio, entonces el Pekinés es una de las mejores opciones, los paseos dentro de casa y unas cortas salidas para hacer sus necesidades son suficientes para él.
Eso sí, este independiente, valiente y algunas veces obstinado perro, requiere mucho tiempo, dedicación y paciencia para educarlo, ya que los halagos y las caricias son más efectivas para él que las órdenes (y para quién no 😉 ). En Asia, de donde es originario, se le trató siempre como un perro sagrado, así que puede que de ahí su carácter engreído.
Aunque no es la raza más recomendable para niños sí que es ideal para personas mayores. No tiene mucha fuerza y es fácil de manejar, además con sus dueños suele ser un perro muy faldero y cariñoso.
Pug o Carlino
El Pug es un perro de raza pequeña pero algo más pesado que los anteriores, puede alcanzar los 10 kg, por eso hay quienes lo han bautizado como un “mastín bonsai”, es decir un perro grande con cuerpo pequeño y compacto.
También conocido con el nombre de carlino, este pequeñín es muy cariñoso y requiere de mucha atención y compañía, por lo que es perfecto para personas mayores, especialmente si viven solas y pasan mucho tiempo en casa. De esa manera perro y dueño se complementarán perfectamente.
El pug necesita hacer ejercicio moderado y que cepillen su pelo por lo menos dos veces por semana para retirar el pelo muerto (pierden mucho). La especial forma de su cara, llena de pliegues y arrugas hace que necesite una limpieza cuidadosa (primero con un paño húmedo y luego secarlo bien) todos los días.
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